Fue el estreno del año del Domingo de Ramos. Y eso que Las Penas no se quedó atrás en número de elementos incorporados a su patrimonio. Pero ver completado el paso de misterio del Huerto con toda su escenografía y grandeza, olivo incluido, y los tres apóstoles durmientes, obra de Jesús Gálvez que se estrenaron este año, fue impactante.

El exorno del primero de los tres pasos del cortejo era el propio de un a la vez celeste y terrenal huerto en las afueras de Jerusalén, con pitas, lentisco, estatis morado (curiosamente, la primera saeta que se oyó esta Semana Santa comenzaba dirigiéndose al Señor de San Francisco diciendo: «Tú eres un lirio morado»).

El caso es que Getsemaní entero procesionaba ayer de manos de una cofradía con músculo, espíritu y muy despierta, de las que demuestran que una cosa son los durmientes... y otra muy distinta quedarse dormido.