Hoy, seguro que saldrán muchos detractores de la nueva carrera oficial. Algunos ni siquiera habrán estado en ella. Es más, no están ni siquiera en la ciudad, pero opinarán negativamente. Querrán tumbar este proyecto con el único afán de destruir por destruir. Ayer pude comprobar de primera mano no solo que el entorno de la Catedral como carrera oficial es viable, sino que es espectacular. Tuve la suerte de vivir el hecho histórico de la primera cofradía avanzando por la calle Torrijos tras atravesar la Puerta del Puente y verla atravesar el vano de la nueva puerta del primer templo cordobés.

Llegar hasta este punto no ha sido fácil. Han hecho falta muchas reuniones, muchas horas. En resumen: un arduo trabajo de personas que, mirando por el bien de la ciudad y de su Semana Santa, han trabajado en un proyecto que seguro que tendrá fallos. Seguro que habrá cosas que pulir. Pero lo que está claro es que por encima de todo hay que valorar el trabajo de la Agrupación de Cofradías y el Ayuntamiento para dotar a la Semana Santa de esta histórica carrera oficial que marcará un antes y un después en la propia ciudad de Córdoba.

Es éste el momento de mirar hacia adelante, de buscar lo positivo y no quedarse con estos inevitables fallos y errores. Ahora hay que unirse más que nunca para consolidar este anhelado deseo que ayer se hizo realidad.