La hermandad cumplió ayer diez años seguidos visitando La Catedral y, con su paso firme y sobrio de hermandad del Centro, sigue apostando por ello, como expresa su hermano mayor. Las rosas y rosas de pritiminí blancas dieron más blanco al rostro de Gracia y Amparo y más negro a su luto, en un día donde nazarenos y costaleros pasaron mucho calor hasta la noche. El cofrade ejemplar 2015, Luis Miguel Carrión Curro , volvió por segundo día consecutivo a hacer honor al título y llevó con precisión sobria los pasos, con un palio en donde se ha restaurado el platado de los respiraderos, varales y peana, además de estrenarse cuatro candelabros de brazo con tulipas talladas para la peana y una naveta cincelada del siglo XIX.