Lo venimos advirtiendo año tras año y va a peor. El público abarrota las calles en Semana Santa para arropar a las cofradías, eso está muy bien, pero debe saber comportarse en ellas.

El público, en general, protesta y protesta porque todo está muy mal organizado según ellos. Se quejan de que los capataces van muy rápido y no paran los pasos cuando ellos quieran para hacerle esa foto que no va a ninguna parte, de que el hermano nazareno no le da estampitas, de que las calles por donde pasan las cofradías no son las apropiadas. Hasta ponen en entredicho lo que le va y no le va a una cofradía y dónde se debe tocar esta o aquella marcha. Pero no protestan por los kilos y kilos de basura que dejan en las calles mientras contemplan el paso de las cofradías. Es lamentable ver día tras día cómo la gente acampa en este espacio público que por unas horas hace suyo y se olvida de que a escasos metros hay una papelera. Se olvida que por esa misma calle tiene que pasar poco después otra cofradía, se olvida que hay mucho turismo que visita la ciudad en Semana Santa y se lleva una nefasta impresión de la misma.

No es muy complicado coger una bolsa y meter los restos para luego depositarlos en una papelera cercana. Está bien exigir, pero sin olvidar las obligaciones ya que tener las calles limpias es una obligación de todos los ciudadanos.