Las hermandades del Martes Santo dejaron ayer una estela de esplendor a su paso. Hubo muchos estrenos visibles, algunos llamativos como el dorado de los respiraderos del paso de Jesús de la Sangre o la talla del paso del Prendimiento. Pero lo que no se vio, lo que quizás muchos de los cientos de personas que contemplaron a las cofradías de la jornada no percibieron, fue la callada obra social que realizan. Afortunadamente son muchos los ejemplos, pero ciñéndonos al día de ayer, dos cofradías merecen este cirial, una de ellas es la hermandad de la Agonía, ganadora este año del premio Pasión solidaria, de Radio Córdoba Cadena Ser, en reconocimiento a su ingente labor social apoyando distintos proyectos vinculados con la infancia, así como su defensa de los grupos en exclusión social, no sin olvidar la obra social que desarrolla con proyectos en Zimbabue donde coordina el refugio de María Auxiliadora y el hogar Amanecer para niños huérfanos por el VIH.

Sin salir del Martes Santo, la música que magistralmente interpretó la banda de la Esperanza para Nuestra Señora Reina de los Ángeles es solo un preámbulo a la sonrisa que la hermandad de la Sangre le saca a los niños hospitalizados en el hospital Reina Sofía a través de su proyecto Música para Ángeles, una labor que no brilla tanto como los estrenos, pero que hace mirar con otros ojos el paso de estas cofradías.