¿Náuseas? ¿Vómitos? ¿Diarrea? ¿Has tenido alguno de estos síntomas tras ingerir algún alimento contaminado? Probablemente has padecido una toxiinfección alimentaria. Las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias y gérmenes, afectando a la conservación de los alimentos, según apunta la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. A su vez, las infecciones tóxicas alimentarias son frecuentes en periodos de celebraciones, en el caso de la capital cordobesa suelen darse de mayo a agosto. No obstante, cabe matizar que, durante el periodo estival en Córdoba y provincia, no hay ningún incremento en el número de brotes, en comparación con otros periodos del año. El control es mucho más efectivo ahora.

De este modo, los brotes quedan distribuidos en periodos estacionales, en primavera del año pasado hubo un 24% de casos de toxiinfección, en cambio, en el mes de mayo de este año han aumentado en un 74%. Sin embargo, se han reducido un 2% los brotes estivales de 2017 respecto al año anterior. «Todos ellos detectados de manera moderada», señala Rafael Calvo, un especialista del servicio de Cuidados Críticos y Urgencias del hospital Reina Sofía.

1 / ¿POR QUÉ SURGEN?

Las toxiinfecciones alimentarias, aquellas enfermedades de origen biológico o químico ocasionadas por la ingestión de alimentos contaminados a causa de microorganismos, se producen porque los alimentos «no han sido cuidados o tratados durante las etapas previas al consumo, constituyendo un problema de salud pública probablemente, subestimado, a causa de la baja declaración de los casos», puntualiza el doctor Calvo. Por su parte, José Ferreiro, bromatólogo del hospital Reina Sofía, explica que «cuando un alimento está infectado por patógenos, alcanzan su máxima concentración al multiplicarse», de modo que pueden afectar -leve o gravemente- a la salud de los pacientes.

2 / TIPOS DE PATÓGENOS

Los expertos subrayan que, entre los patógenos encontramos la salmonella, la listeria monocytogenes, el norovirus, la escherichia coli, o el E-coli 0157:h7. El bromatólogo Ferreiro destaca que los alimentos pueden ser alterantes, aquellos que han sufrido «una modificación negativa de sus características físicas y químicas», y que «su mal aspecto, sabor agrio, u olor», son algunos de los aspectos que alertan de que el alimento no es apto para el consumo, mientras que los alimentos patógenos son aquellos que, «a pesar de estar contaminados, no muestran características físicas de ello», aclara.

3 / CÓMO DETECTARLO

El doctor Rafael Calvo destaca que «es muy complejo» detectar las toxiinfecciones. Y es que, «en la mayoría de las ocasiones, el alimento contaminado presenta un buen aspecto en su apariencia, siendo muy difícil su detección antes de la ingesta», señala.

Por ello, para confirmar un diagnóstico «es necesario confirmar cuál es el germen involucrado». Se puede recurrir al coprocultivo, es decir, «el examen de laboratorio que se lleva a cabo en las heces».

4 / SÍNTOMAS

Los síntomas más comunes, según puntualiza el doctor Calvo, son naúseas, vómitos, dolor abdominal, diarreas líquidas y, en ocasiones, fiebre. «La clínica puede aparecer a las pocas horas o días de la ingesta del alimento contaminado, y todo dependerá del germen o toxina implicado», matiza.

5 / CÓMO TRATARLO

Los especialistas aseguran que su tratamiento habitual son antidiarréicos, antibióticos, rehidratación con bebidas isotónicas y dieta -evitando lácteos, cafeína y grasas-. No obstante, el doctor Calvo señala que «el tiempo de evolución dependerá de varios factores», del germen inoculado, de la capacidad de adherirse a la mucosa, de la producción de toxinas y de la invasión y destrucción de la mucosa intestinal. Por otra parte, el doctor Calvo hace hincapié en que «hay que tener especial precaución» con los casos de niños pequeños, ancianos y las personas con enfermedades graves, ya que «pueden ocasionar consecuencias más serias», como trastornos cerebrales o incluso determinados casos de cánceres.