El glaucoma se puede tratar con una técnica quirúrgica menos invasiva. El equipo de profesionales del Hospital La Arruzafa aplica desde hace meses el Xen, un implante de tipo biocompatible que tiene 6 milímetros de longitud y de 140 micras de diámetro externo y 45 interno, que se erige como una de las alternativas más avanzadas en tratamientos para una enfermedad que genera un daño progresivo en el nervio óptico y, en ocasiones, pérdida de la visión.

Tal y como explica el responsable del departamento de Uveítis, Inmunología y Glaucoma de Innova Ocular La Arruzafa de Córdoba, el oftalmólogo Antonio Hidalgo, el empleo del XEN permite “evitar otro tipo de alternativas quirúrgicas que nos obligan a realizar suturas o procedimientos más agresivos como la trabeculectomía, esclerectomía profunda, entre otras”.

En esta línea, Hidalgo refiere que es un tipo de cirugía “mínimamente invasiva”, que se realiza “introduciendo un implante a través de un inyector en la cámara anterior del ojo y que conecta al espacio subconjuntival con el objetivo de facilitar el drenaje del humor acuoso al espacio subconjuntival”. Así, precisa que una vez llevada a cabo dicha práctica, el dispositivo permite “reducir la presión intraocular”.

Para abordar el glaucoma a nivel quirúrgico existen varios tipos de cirugías, con vía de abordaje externa e interna. Incluyen las cirugías clásicas (trabeculectomía, express o esclerotomía profunda, entre otras) y las más novedosas “MIGS” como el XEN, Hydrus o cypass, entre otras.

Hidalgo explica que el XEN “está indicado en pacientes que presenten glaucoma de ángulo abierto”. En esta línea, detalla que la técnica permite una disminución en la dependencia del uso de colirios y una mejor tolerancia y cumplimiento”.

De igual manera, la oftalmóloga Teresa Laborda, del mismo departamento, especifica que “las técnicas MIGS constituyen una novedad en el manejo quirúrgico del glaucoma. Concretamente, el XEN disminuye el porcentaje de complicaciones intra y posquirúgicas, constituyendo una alternativa a las terapias clásicas”.

Otra de las ventajas es la rápida recuperación funcional tras la cirugía MIGS, permitiendo una rápida reincorporación a la vida cotidiana del paciente. Como en cualquier tipo de cirugía ocular, resulta imprescindible realizar un seguimiento exhaustivo en el posoperatorio para evitar futuras complicaciones”, apunta Laborda.