El hospital Reina Sofía es un libro abierto cuya historia se escribe día a día y que, después de cuarenta años, aún tiene miles de páginas en blanco que deberán llenar de contenido las generaciones presentes y futuras. Desde su inauguración a cargo de los por entonces Reyes de España Juan Carlos I y Doña Sofía, el 3 de abril de 1976, el centro ha trabajado en forjar lo que al cabo de los años algunos han bautizado como el espíritu o la marca del Reina Sofía, algo así como un sello de calidad amenazado en muchas ocasiones por la falta de recursos. Pese a ello, desde su creación, la actividad asistencial no ha dejado de crecer. En cuatro décadas, el Reina Sofía ha atendido más de un millón de intervenciones quirúrgicas, se han registrado 1,6 millones de ingresos hospitalarios, unos 17,5 millones de atenciones en consultas, casi 6 millones de atenciones en urgencias, casi 7.000 trasplantes de órganos y tejidos y 935 donaciones.

Hoy día, el hospital cuenta con 8 edificios y unos 5.100 profesionales. Cada año atiende 40.000 ingresos, más de 190.000 urgencias, casi 40.000 intervenciones quirúrgicas y más de 750.000 consultas externas para lo cual el hospital cuenta con 1.200 camas, 35 quirófanos, 282 consultas y 183 puestos en hospital de día. La actividad interna del centro es frenética. A diario se sirven 1.600 menús, se procesan 3,4 toneladas de ropa al año, se gestionan 264 kilos de residuos sanitarios, 67 kilos de residuos químicos e industriales. Su impacto económico y empresarial se refleja no solo en la creación de puestos de trabajo sino en el negocio que genera a través de proveedores de productos y servicios.

Y aunque hay muchos retos pendientes, entre ellos el Plan de Modernización del hospital, que avanza muy lentamente, en estos 40 años la superficie del centro se ha triplicado y se han llevado a cabo decenas de reformas que han hecho posible que todos esos números se traduzcan en una atención más humanizada que tampoco ha descuidado la investigación y la docencia, de la mano de la facultad de Medicina.