La escritora británica Joanne K. Rowling insiste en que no volverá a escribir una saga fantástica como la de "Harry Potter", aunque confiesa que lloró al escribir el capítulo 35 de su último libro.

"Ahí Harry se prepara ante la muerte. Durante diez años lo tenía en la cabeza, pero cuando lo pasé al papel tuve la sensación de que le acompañaba. Por supuesto sabía que sobrevivía, pero tenía claro que era nuestra despedida", afirma, en declaraciones al semanario "Der Spiegel".

La escritora trabaja ahora en un cuento "para los más pequeños" y no volverá más al mundo de su famoso héroe, que se cerró con el volumen "Harry Potter and the Deathly Hallows". El último volumen fue una especie de "liberación" y es ahora su preferido, afirma la autora, quien recuerda la elaboración del cuarto y quinto volumen como una especie de "tortura", plagada de dificultades.

La edición en alemán del séptimo libro aparecerá a finales de octubre, con el título de "Harry Potter und die Heiligtümer des Todes".