Desconocidos entraron en la iglesia de San Bartolomé y en la ermita de San Antonio para robar en su interior. En ambos casos se llevaron el dinero que encontraron. En la iglesia de San Bartolomé entraron por el campanario y revolvieron en los cajones de la sacristía sin causar más daños, mientras que en San Antonio entraron rompiendo una de las rejas de las ventanas de la ermita, además, también produjeron destrozos en la antigua casa del cura.