Miles de personas vivieron el pasado domingo la romería de la Virgen de Luna, que llevó a la patrona de Pozoblanco desde su santuario en La Jara hasta la iglesia de Santa Catalina, donde permanecerá los próximos 105 días antes de regresar de nuevo a ermita.

Tras la tormenta de las últimas horas del sábado, nada hacía presagiar el magnífico día que se iba a vivir el domingo, con buena temperatura, algo más fresca cuando el sol desaparecía detrás de alguna nube. La jornada discurrió como manda la tradición, marcada por el ritual que viven los hermanos de la cofradía y por la convivencia de grupos de familias y amigos que no faltaron a su cita mariana. Los fieles que asistieron a la misa de campaña presenciaron la imposición de la medalla de plata a los tres hermanos que este año cumplían 25 años de servicio en la cofradía, José Luis Torrico, Antonio Claudio Medrán y Francisco del Rey. Además, juró bandera como nuevo cofrade Evaristo Ballesteros, quien fue pregonero de la fiesta el año pasado. Después, el entrar y salir de los romeros a la ermita y el sonido de la campana fue incesante. Y así, cuando pasaban doce minutos de las tres de la tarde, la Virgen atravesaba el arco de su ermita rumbo a Pozoblanco portada a hombros. La alcaldesa perpetua estrenó indumentaria, incluido un broche, regalo de devotos, al igual que el Niño, con rebeca y patucos nuevos a juego. Al poco de iniciar el camino, unas gotas de lluvia obligaron a cubrir la imagen para evitar que sufriera daños si la lluvia arreciaba, cosa que finalmente no sucedió. Tampoco hubo incidencias destacables, salvo la caída de una mujer de un caballo, sufriendo una luxación del hombro.

El alcalde, Emiliano Pozuelo, destacó el alto nivel organizativo que ha alcanzado la fiesta gracias a los cambios introducidos desde el año pasado y la importancia que ha tomado la ordenación de elementos de romería como las carrozas. Pozuelo deseó un feliz día de romería a todos los pozoalbenses y a todos aquellos que se desplazon al santuario y se mostró aliviado por la tregua que dio la lluvia. Pozuelo destacó además el buen funcionamiento del transporte público durante toda la jornada, «con todos los autobuses llenos». El alcalde puso de relieve además que el sábado se convirtiera en un gran día de fiesta gracias a la celebración de Pozoblanco Gastronómico: «Daba gusto ver todos los establecimientos llenos ofreciendo platos típicos».

Por su parte, el concejal de Urbanismo, Obras y Servicios, Manuel Cabrera, destacó la gran cantidad de personas que se desplazaron a la romería en los 18 autobuses que estuvieron transportando viajeros de forma ininterrumpida y «a tope de pasajeros» hasta las 19.00 horas. El edil afirmó que el tráfico quedó regulado sin incidencias en todos los caminos y que el nuevo orden de cierres de vías y horarios ha contribuido a canalizar mucho mejor la afluencia de romeros. La apuesta por las carrozas fue otro de los ejes en los que Manuel Cabrera se detuvo, valorando que «evitan la presencia de muchos coches». Por primera vez, además, este año se ha instalado un escenario en la explanada del santuario, donde actuaron el Coro Romero y el cantaor Antonio de Pozoblanco.

Por otro lado, el capitán de la cofradía y el concejal de Turismo, Juan García y Eduardo Lucena, respectivamente, han anunciado la intención de trabajar para que la romería sea declarada de interés turístico nacional. Paralelamente, desde el Ayuntamiento han pedido a la cofradía que sopese la posibilidad de trasladar en el futuro de la mañana a la tarde la procesión del lunes, fiesta local en Pozoblanco, para favorecer la asistencia de fieles.

Por el momento la procesión se ha mantenido por la mañana, el lunes 20 de febrero, la Patrona recorrió las calles de Pozoblanco como estaba previsto luciendo un bello manto rojo, mientras que el niño estrenó vestido. Muchas de las calles se adornaron para la ocasión con altares, colgaduras y alfombras, dentro del concurso organizado por la cofradía para premiar a la mejor engalanada.