El Obispado de Córdoba, a través de la parroquia de Santa Catalina, comenzó el lunes 9 de enero los trabajos previos de realización de obras menores para descubrir el estado de los falsos techos, de las entreplantas y de la estructura general del inmueble conocido popularmente como Casa de las Obispas.

Se trata de trabajos necesarios antes de que se acometa la rehabilitación y construcción de nuevos espacios que se ejecutará en dos fases, con continuidad temporal entre la primera y la segunda.

El edificio de finales del siglo XIX, con casi 900 metros cuadrados, es propiedad de la Iglesia desde la donación que realizaron las hermanas Moreno Pozuelo, sobrinas del obispo Pozuelo.

El párroco de Santa Catalina, José María González, ha explicado que esta actuación se va a llevar a cabo después de que el arquitecto del Obispado declarara «el peligro de derrumbe de un edificio emblemático para Pozoblanco».

El párroco ha explicado que el propio obispo, Demetrio Fernández, determinó «que es importante para Pozoblanco que se ponga en valor una casa que tenemos la obligación de proteger y que dotará a la parroquia de un salón parroquial del que carece», lo que está obligando a realizar «en precario, en cuanto al espacio, algunas actividades pastorales como la catequesis».

El edificio, en pleno centro de la zona comercial de Pozoblanco, fue donado para uso educativo y durante varios años distintas dependencias del colegio de La Inmaculada estuvieron allí situadas, además allí estuvo la primera residencia para discapacitados de Prode, además de haberse aprovechado durante una época por Cáritas y más recientemente como sede de dos cofradías de Semana Santa.

Existe la intención de poner en alquiler tres locales comerciales en la calle Mayor y aparcamientos subterráneos, matizando el párroco que «nunca sería en venta, porque así se estipuló cuando fue donado a la Iglesia».

La primera fase, que prevé la actuación en la casa noble, podría costar unos 400.000 euros.

José María González ya ha explicado la actuación a los feligreses. Aparte de destinarse la colecta de los primeros domingos de cada mes a su financiación, ha sido abierta una cuenta en Cajasur. El párroco quiere que una empresa local haga la obra.