Suma y sigue. Haga sol o bajo la espesa niebla. Y ya van 10 victorias en lo que va de año y 118 desde los tiempos pretéritos en los que Alejandro Valverde decidió hacerse ciclista profesional, unos cuantos gobiernos de España antes del actual. El ciclista murciano, tras dos meses de descanso, ha reiniciado la temporada en la renovada Ruta de Occitania, la Ruta del Sur de toda la vida. Y lo ha hecho a apenas un suspiro del inicio del Tour (7 de julio, día de san Fermín) para demostrar, ayer, hoy y siempre, que no ha perdido el apetito de victoria, que es una apuesta segura y que siempre, aunque otros puedan ocupar puestos más destacados en la candidatura para adjudicarse el jersey amarillo en los Campos Elíseos, su nombre nunca debe pronunciarse en vano.

En Les Monts d'Olmes, Pirineos puros, una montaña no tan famosa como los 'monumentos' más famosos y bajo una niebla espesa, Valverde se impuso en la tercera etapa, la reina, de la Ruta de Occitania que termina este domingo. Se aupó con la victoria por delante de un combativo Dani Navarro (Cofidis) y se vistió de líder; una camiseta más en su poder, otra más para guardar en el baúl de las reliquias.

Valverde está listo para el Tour, como lo están, visto y demostrado en la Vuelta a Suiza que también termina este domingo, sus dos compañeros de equipos, Nairo Quintana y Mikel Landa. Y ello no evidencia otra cosa que un Tour que promete con tres ciclistas --solo podrá ganar uno, si es que lo logra, por supuesto-- luchando por la victoria. ¿Alguien se atreve a descartar ciento por ciento al ciclista murciano?