El campeón defenderá su título. Roger Federer se clasificó para la final del Abierto de Australia en busca de su sexto título desde que ganara por primera vez en el 2004, de eso ya hace 14 años. Y lo consiguió sin discusión después de que el surcoreano Hyeon Chung se retirara cuando perdía 6--1 y 5--2 por problemas de ampollas.

Chung, revelación del torneo, después de eliminar a Alexander Zverev, número 4 mundial y a Novak Djokovic, exnúmero 1, no pudo repetir el éxito ante Federer, actual campeón. La veteranía es un grado, especialmente si el tenista suizo tiene la raqueta en su mano. Lo demostró desde el primer punto en juego. Federer rompió el saque del joven tenista surcoreano, de 21 años, en el primer juego y solo le dejó ganar uno en una primera manga que se apuntó en 33 minutos, por lo que fue inapelable.

La segunda manga siguió con la misma dinámica. Federer rompió el saque de Chung en el cuarto juego para después adelantarse 4--1. El tenista surcoreano solicitó tiempo médico por unas ampollas en el pie izquierdo y estuvo atendido durante siete minutos. La movilidad que había demostrado durante el torneo, una de sus mejores armas, se quedó frenada por esos problemas. Aguantó poco más y optó por la retirada con un marcador favorable a Federer por 6--1 y 5--2.

«Lo siento por él. Yo he jugado con ampollas en el pasado y sé lo doloroso que es. A veces el dolor es demasiado grande», admitió Federer, tras alcanzar la final de nuevo en apenas 62 minutos y sin esfuerzo. El suizo dio una nueva lección de caballerosidad con su adversario.

Federer se enfrentará en la final al croata Marin Cilic, el mismo rival que tuvo el año pasado en Wimbledon. Será la 30ª final de Grand Slam que el exnúmero 1 disputará desde el 2003 cuando ganó su primer Wimbledon, un récord de voracidad y longevidad que, además, será el tenista más veterano en conseguirlo a los 36 años y 174 días, solo superado por el australiano Ken Rosewall que lo logró con 37 años y 62 días.

El año pasado, en Wimbledon, el suizo derrotó a un Cilic que no pudo plantarle cara también, ese día, por problemas de ampollas. Mañana (09.30 horas, Eurosport) será distinto. Cilic llega en plena forma. pero Federer tiene la oportunidad de seguir haciendo historia y conquistar el 20º Grand Slam de su carrera.

Pese a su brillante trayectoria, en rueda de prensa lanzó un mensaje prudente: «Cilic es un ganador. Lo dice la forma en la que se comporta en la pista. Está ahí para ganar, no solo por estar».

El suizo intentará agrandar su leyenda de triunfos y títulos en un partido que parece destinado a pasar a la historia del tenis mundial.