Siempre preocupados por el enemigo a las puertas, y resultó que el enemigo ya estaba y está dentro. Caigo anoche en una televisión donde el entrevistador con más fama de borde del país entrevista a una chica que no conozco de nada. Que no la conozca no es raro, ya que a cierta edad uno suele volver al pasado, a los viejos mitos, o a la guerra fría, cuando necesita explicar cosas o explicarse; y concede menos importancia (de manera progresiva) a las tonterías del presente. El intento de adquirir sabiduría parece ser que consiste en eso, en desarrollar un índice de escepticismo, buen humor y serenidad directamente proporcionales a la estupidez circundante. Pues eso, que no tenía ni puñetera de quién era esa joven ni falta que me hacía. Pero como la curiosidad mató al gato, luego me entero de que se trata de una influencer, lo que también llaman una youtuber, me parece; o sea, alguien que en su casa se pone ante una cámara y se dedica a comentar videojuegos, o a elaborar simplicísimas teorías de cosas ya olvidadas, o a cantar y a bailar, o a besarse con su pareja, que esto sí parece sano pero que tampoco parecería necesario dar tres cuartos al pregonero. O a ninguna de estas cosas o todas a la vez. No niego que esto sea un fenómeno social porque este tipo de inútiles tienen millones de seguidores, pero una cosa es ser un fenómeno y otra ser fenomenal. Por otro lado, recibo un whatsapp muy emotivo que, en pocos párrafos, narra la trayectoria vital y profesional de un maestro cualquiera, de aquellos que llegaron a la vida activa casi con la democracia, que pintaron las grises paredes de los coles con dibujos y colores, que enseñaron a los niños la naturaleza de las cosas, que trabajaron en aquellas cabezas los dos conceptos básicos de la tolerancia y la libertad entre estímulos de la psicomotricidad y la atención a la diversidad. Y me pregunto, a la vista de la chica televisiva, ¿sirvió de algo el deber cumplido con generosidad y buena voluntad de aquellos enseñantes que ya peinan canas y se jubilan, que fomentaron la curiosidad cuando fue tan necesario? Dice la chica que no sabe a quién votar, que todo es muy confuso.

* Profesor @ADiazVillasenor