La contaminación y el tabaco han convertido el cáncer en una epidemia en China --país que preside Jinping--, cuyo sistema sanitario deja abandonados a la mayoría de los enfermos, sobre todo en las zonas rurales. Muchos de ellos han de endeudarse de por vida para pagar un tratamiento en Pekín. Los afectados y sus familias se ven obligados a alojarse en infraviviendas.