Todavía no nos habíamos recuperado de Sánchez como secretario general en primera convocatoria, cuando vuelve de nuevo a la carga en Dos Hermanas anunciando su vuelta. Por supuesto, el que proclame a los cuatro vientos del socialismo que vuelva no quiere decir que acabe siendo el prior de los socialistas, pero es que, a priori, a algunos no nos da igual, pues su discurso del no es no, de la demonización del PP, de la condena de la abstención y de todos sus arengas maniqueas sobre la derecha, de cansinos se han tornado a tóxicos. Tóxicos no solo para la propia imagen de la democracia, pues trata de expulsar de ésta al PP, sino para los de su propio partido y por extensión para bastantes de los votantes socialistas de toda la vida. Ahora Sánchez, también arremete contra la gestora que trata de mantener la dignidad de PSOE. Una dignidad que Pedro I El Resilente, tuerce y retuerce es pos de su propio ego. Está claro que teóricamente cualquier militante puede presentar su candidatura a secretario general, pero cuando se da ese paso al frente es obvio que ha de ser motivado fundamentalmente por el bien del propio partido. Un bien que se ha de concretar en ideología fina y refinada y no es más de los mismo. El PSOE actual está claro que necesita candidatos que suelten las velas de dicha ideología, pero lo que también está claro que no necesita es a Pedro Sánchez, que es lo mismo que decir la desamortización ideológica del PSOE de toda la vida. Cuando decimos de toda la vida no referimos a la social democracia que ha hecho grande a España en alternancia con el centro derecha. Sánchez se está convirtiendo en un caballo de Troya en su propio partido. Y a estas alturas de la película éste ya ha demostrado quienes saldrán de la panza del equino si llega a articular de nuevo las atribuciones de la secretaria general. ¡Que viene Sánchez! Sálvese quien pueda fuera y dentro de su partido.

* Mediador y coach