El verano futbolístico del 2014 pasará a la historia del deporte local por el regreso del Córdoba CF a la Primera División después de 42 años, y a nivel global por la exhibición de la selección alemana en el Mundial de Brasil. Pero eso, efectivamente, ya es pasado, y en el caso de los blanquiverdes una página brillante de su historia, en el giro sin pausa de un deporte que tiene mucho más de espectáculo y de negocio. Este fin de semana vuelve la Liga española, probablemente ya no la mejor del mundo como aseguraban sus exégetas hace pocos años pero sí una competición que mueve pasiones (y millones) como quizá ninguna otra. A diferencia de lo ocurrido en la última década, la Liga arranca sin el estigma de ser un coto cerrado de Barça y Real Madrid, porque el Atlético de Madrid, la gran sorpresa y muy justo campeón de la temporada pasada, le confiere un aliciente añadido que en general los aficionados agradecerán sin duda.

El Córdoba CF regalado estos días ilusión a la provincia. Hacia décadas que no se conseguía aunar tanta felicidad común en torno a una misma causa, ya sea entre seguidores o no del balón. Y esta explosión de cordobesismo se ha visto traducida en una cifra histórica en su masa social. Obtener la permanencia en la categoría es ahora el sueño compartido en una campaña que arranca con el premio del estreno el lunes en el estadio Santiago Bernabéu. Para ello, en la plantilla blanquiverde han entrado quince refuerzos, la mayoría de ellos por la fórmula de la cesión. Y es que desde el club, uno de los más saneados del panorama del fútbol profesional español, se ha apostado por seguir fiel a las políticas de austeridad que vienen haciendo posible el libro de ruta con el que la deuda en tesorería ha ido reduciéndose a la par que cumplía con las exigencias de la Liga de Fútbol Profesional.

En esta Primera División a la que retorna el Córdoba, el peso de los dos grandes sigue siendo enorme desde todos los puntos de vista. El Madrid ha invertido 110 millones en fichajes para consolidar lo que sus rectores entienden que es el inicio de un ciclo hegemónico tras lograr la Champions. El Barça ha dedicado 158 a incorporar jugadores con los que recuperar el terreno perdido en una campaña que cerró sin títulos. Son cifras que superan el presupuesto anual de casi todos los demás clubs españoles de Primera, sumidos muchos de ellos en deudas enormes y cuyo futuro depende cada vez en mayor medida de inversores internacionales completamente ajenos a lo que se llamaba sentir los colores. El desajuste financiero de nuestro fútbol dista mucho de estar en vías de corrección pese a que la crisis y las medidas de control de la UEFA han actuado de amortiguador. mamente elocuente. Y por si faltaba otra muestra de los despropósitos, en este caso organizativos, el caso del Murcia y la rocambolesca historia de su permanencia o no en Segunda es un ejemplo sumamente elocuente.