Cada vez que iba por Córdoba en los últimos cinco años deseaba encontrarme por la calle contigo, Rafael López Cansinos, para comentarte algo insólito. Quería decirte: «Rafael tienes un doble de voz en Radio Imagen de Guadalajara. Habla exactamente igual que tú. Posee el mismo timbre de voz, la misma cadencia, la misma personalidad», pero nunca me lo encontraba. Entonces, por las mañanas, cuando oía la radio en el cuarto de baño y escuchaba el programa informativo para estar al tanto de la información del mundo y de México te oía y pensaba: «Hasta aquí llega la voz de Rafael López». Me parecía imposible porque tu voz era inimitable. Te oímos durante tantos años que de repente, al descubrir a este conductor del programa radiofónico, como se dice aquí a los periodistas de radio, pensé que tu alma se estaba mudando a México, aunque sabía que estabas vivo en la tranquilidad de tu descanso de jubilado cordobés.

Intenté llamarte un día, pero me parecía ridículo molestarte para decirte que había un locutor que te imitaba seguramente sin haberte conocido jamás, que era un duplicado de tu voz, de tu personalidad. Este de aquí se llama Pascal Beltrán del Río Martín, es periodista, ganador dos veces del Premio Nacional de Periodismo de México en la categoría de entrevista, en las ediciones 2003 y 2007. En 1986 ingresó en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se licenció en Periodismo y Comunicación Colectiva. De 1988 a 2003 trabajó en la revista Proceso; durante este tiempo publicó el libro Michoacán, ni un paso atrás (1993) y fue corresponsal en la ciudad de Washington, D.C. (1994-99), además de Subdirector de Información (2001-2003). Fue dos veces enviado especial en Asia Central y Medio Oriente, donde cubrió las repercusiones de los atentados terroristas de septiembre de 2001 y la invasión de Irak.

En fin, no voy a copiar su currículum. Sólo quiero decirte que puede ser 30 años más joven que tú y que de alguna manera te seguiremos escuchando en México. Algún día grabaré su voz y se la mandaré a tu familia para que sepan que sigues vivo, que de alguna manera has creado escuela en México aunque sea telepáticamente.

Pero lamentablemente ya no podré llamarte para contártelo y llevarte una grabación. Igual tú no estarías de acuerdo y dirías que tu voz es diferente. Pero al menos, para mí el eco de tu voz seguirá vivo a través de Pascal Beltrán del Río que posee una dicción muy similar a la tuya.

Es como si mucho antes de morir hubieras mandado a México un sobre de tu alma, de tu voz para que perviviera en este profesional de la radio y alguien como yo te reconociera. Desde ahora parte de ti se ha venido para acá y te puedo escuchar todas las mañanas como si no hubieras desaparecido y quisieras vivir para siempre. El eco de tu voz sigue vivo en Jalisco. Lástima que los cordobeses -excepto yo- no puedan seguir escuchándote cada mañana.

* Escrito y periodista