La voz de Charlotte Allen, una historiadora medievalista formada en las universidades de Stanford y Harvard, nos hace llegar su mensaje en un duro artículo publicado en el diario económico The Wall Street Journal, titulado «La izquierda laicista suspira por la Deconquista», contra el asalto islamo-laicista a la catedral de Córdoba. En él, su autora denuncia que esa campaña tiene un origen laicista que ha encontrado en los orígenes árabes de la catedral una simple excusa y utiliza, además, la creciente inmigración musulmana como aliada. Ahora, su artículo en defensa de la catedral de Córdoba, en el que utiliza la palabra «Deconquista», ya sugiere la animadversión a la historia de España y a sus siete siglos de Reconquista cristiana como causa última del intento de expropiar el templo y que vuelva a ser mezquita. Allen recuerda «la hostilidad hacia la Iglesia de los intelectuales españoles de izquierda, enriquecida con ‘nuevos aliados’: Los activistas musulmanes dentro y fuera de España son una sólida base electoral para la izquierda anticatólica». Sin embargo, esta «mezquita» es realmente la catedral de la diócesis católica de Córdoba, subraya tambien Allen. «En 1236, el Rey Fernando III de Castilla conquistó Córdoba al califato almohade y entonces consagró el edificio para uso cristiano. O más bien lo reconsagró, pues bajo la mezquita se encuentran las ruinas demolidas de una iglesia del sigo VI que construyeron los gobernantes visigodos españoles antes de la invasión musulmana de 711. Hoy, dentro de la mezquita se celebran misas y confesiones. La catedral ha sido un templo para culto cristiano muchos más siglos que templo islámico». La voz de Charlotte Allen, historiadora y escritora, ha alcanzado resonancia internacional y llega hasta nosotros con la fuerza de una libertad que acaso aquí no hayamos estrenado todavía. Su revelación es diáfana: «El verdadero fondo es político más que cultural e histórico: Los activistas musulmanes, dentro y fuera de España, son una sólida base electoral para la izquierda anticatólica». Y esa es la verdadera cuestión.

* Sacerdote y periodista