El informe de los servicios secretos de EEUU atribuyen al dirigente ruso haber ordenado personalmente una campaña destinada a influir en el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses para ayudar a Trump y dañar a la candidata demócrata Clinton. Según los servicios de inteligencia norteamericanos, el Kremlin maniobró para «denigrar» a Hillary Clinton.