La edición de ayer de Los Desayunos de CÓRDOBA fue un complemento perfecto de la celebrada hace un año con los alcaldes de Córdoba, Sevilla, Málaga y Granada, impulsores del llamado «eje de las cuatro capitales» andaluzas que se plantearon la colaboración para impulsar la actividad económica a través de proyectos comunes. El Eje nació del acercamiento entre dos ciudades rivales, Sevilla y Málaga, cuyos regidores quisieron darle la vuelta al tópico y al malestar existente entre ambas y acercarse en lo mucho que son complementarias. Después se sumaron Córdoba y Granada. La cooperación ha empezado por lo más obvio, el turismo, con acciones conjuntas de promoción y algún proyecto que se pergeña, pero el objetivo es más amplio, y siempre abierto a Andalucía.

Ahora han sido los dirigentes empresariales de las cuatro provincias los que han expuesto en Córdoba su visión del Eje y de las acciones que, a su juicio, llevarían al éxito la iniciativa. Las intervenciones de Antonio Díaz (Córdoba), Gerardo Cuerva (Granada), Miguel Rus (Sevilla) y Javier González de Lara (Málaga y Confederación de Empresarios de Andalucía) destacaron por su tono positivo, aunque firme al señalar los aspectos que consideraron claves: la necesidad de aprovechar los recursos y no duplicarlos, la cooperación leal desde el convencimiento de que los beneficios para una capital pueden redundar en el resto, la necesidad de que cada territorio aporte lo mejor de sí mismo y la urgencia de una red de comunicaciones que vertebre el gran territorio que es Andalucía. Este último punto es crucial y está en relación con el escaso apoyo que presta el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) a nuestra región en el capítulo de inversiones. González de Lara hizo hincapié en que la falta de inversión pública en Andalucía no solo pone en riesgo de muerte absoluta al sector de la construcción, sino que retrasa la convergencia de nuestra autonomía e incide en su falta de vertebración: más que nuevas dotaciones, Andalucía necesita buenas comunicaciones para aumentar el aprovechamiento de sus recursos y la relación intraterritorial --no hay que olvidar que nuestro territorio es tan extenso como muchos países europeos-- que permita fluidez en la actividad económica.

La sesión de Los desayunos mostró a unas organizaciones empresariales interesadas en ser protagonistas de una iniciativa política generosa y conciliadora. El turismo es un comienzo, pero las nuevas tecnologías y la actividad industrial son grandes retos. Como señalaba el presidente de la CEA, el futuro está en la logística y el transporte, los territorios son competitivos si están bien comunicados. El mensaje está muy claro: menos endogamia y más visión global. Ahora se trata de que no solo las instituciones y agentes sociales, sino el conjunto de la sociedad, se sume a esta idea de un futuro colaborativo, que siempre será un futuro mejor para todos.