El técnico italiano se suicidó con su planteamiento en la final de la Copa del Rey. Montella tiró la línea defensiva muy arriba, lo que dio muchos espacios a los delanteros del Barcelona. La defensa sevillista, para nada rápida sufrió mucho para poder cubrir sus espaldas, además, el portero David Soria estuvo durante todo el partido debajo del larguero, como pudo verse en el primer gol.