Donald Trump tuitea el 12 de marzo: «El ataque en Siria puede producirse muy pronto o no producirse». Era terrorífica esta duda, porque Rusia era contundente y amenazaba con contrarrestar unos cohetes que el norteamericano anunciaba como «agradables, nuevos e inteligentes» («nice and new and smart!»). Es cierto que los medios de comunicación quitaban hierro y que, si se ataca algún lugar de Siria, se evitaría que hubiera daño colaterales rusos y la respuesta rusa sería sin dañar directamente a intereses o personal norteamericano. Por ejemplo, un chiringuito en la base yanqui de la isla de Creta.

Bueno, piensa uno, no somos sirios ni cretenses, a Dios gracias, y podemos seguir con nuestra romería y nuestra feria. Pero si, como advierte el secretario general de la ONU, el conflicto queda fuera de control, entonces, ¿se imaginan ustedes una guerra entre las dos superpotencias con sus armas nucleares y sus aliados idem y la nube radioactiva bajando de la sierra al valle? Y se dirán, lívidos, temblándole la copa de fino en la mano: ¿Pero por qué, qué hemos hecho nosotros? Vosotros, honrados y pacíficos lectores, que esperáis las fiesta de mayo, nada... En cualquier caso, el asunto es la lucha por el control de Oriente Medio desde no sé cuándo (repásese la historia) y, hoy, unos dicen que los otros han usado armas químicas y los otros que es un montaje para justificar el ataque de los Unos. ¿Me siguen? Seguro que se acuerdan de las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein. Pues una cosa así dicen que han usado los sirios de Al-Assad contra los rebeldes en la guerra civil de ese país que ya dura siete años.

Lo indignante del ataque de represalias de EEUU y sus aliados por el supuesto ataque con armas químicas en la ciudad siria de Duma es que UK confiesa que no se pretende derrocar el gobierno de Al-Assad, sino solo evitar que vuelva a las andadas. Lo interesante es que los atacantes dicen defender a la comunidad internacional, pero no tienen el respaldo de la comunidad internacional. Lo chocante es que los rebeldes de Duma ya se habían rendido y estaban en negociaciones con el ejército de Al-Assad para abandonar la ciudad. Y lo curioso que se haya atacado cuando entraba en la tomada ciudad un equipo investigador de la OPAQ para comprobar in situ la veracidad de las acusaciones.

La verdad es un lío. Rusia dice tener pruebas de que es un montaje de los llamados Cascos Blanco, que trabajan bajo dirección de UK; el jefe de la OTAN afirma que puede probar que se usaron armas químicas pero no se puede saber quién está detrás del ataque; el Pentágono también tiene pruebas pero no puede mostrarlas para no delatar las fuentes de información; y nuestro Gobierno, en palabras de Rajoy, lo considera sin titubeos ni pruebas propias un brutal ataque del régimen sirio y, la respuesta occidental, legítima y proporcionada.

Trump tras la operación en Siria tuitea: «Orgulloso de nuestro gran Ejército que pronto será, después del gasto militar aprobado de billones de dólares, el más preparado que nuestro país haya tenido nunca. No habrá nada, ni ningún otro, que se le pueda comparar».

Da miedo, ¿verdad?¡Si hubiera otro mundo a donde irse...!

* Comentarista político