El pasado miércoles, la Iglesia diocesana despedía al sacerdote Vicente Molero Tabas, natural de Hinojosa del Duque, con un solemne funeral, presidido por el obispo, Demetrio Fernández, celebrado en la parroquia de la Sagrada Familia (Sector Sur), en el que participaron las comunidades neocatecumenales y muchos de los que fueron feligreses suyos cuando desempeñó el ministerio sacerdotal como párroco de san Juan Bautista, la catedral de la Sierra, de Hinojosa. Estudió en el Seminario Conciliar de san Pelagio, siendo ordenado sacerdote por el entonces obispo de Córdoba, fray Albino, en el año 1953. A lo largo de su vida, Vicente Molero ejerció su sacerdocio en localidades de la provincia de Badajoz, Benquerencia, la Nava y Cabeza del Buey, que entonces formaban parte de la diócesis cordobesa, y posteriormente, como párroco en Hinojosa, más de veinte años. Tras su jubilación, se traslada a Córdoba, como adscrito de la parroquia de la Sagrada Familia y como director espiritual del Seminario Redemptoris Mater, escenarios en los que ha vivido sus últimos años. Sirvan estas pinceladas para subrayar con fuerza el valor del sacerdocio y el verdadero sentido del ministerio que Benedicto XVI resaltó en la inauguración del Año Sacerdotal: «La misión sacerdotal consiste en dar esperanza a la gente, en anunciar que Dios es bueno, en aliviar las penas de quien está afligido, en reclamar el sentir del cielo a quien está abrumado por las tribulaciones de la tierra. Para entender la vida de un sacerdote, no es tan necesario preguntarse: ‘¿qué cosa hace el sacerdote?’ sino ‘¿quién es el sacerdote?’. Y la respuesta es siempre solo una: el sacerdote es un enamorado de Jesucristo, su amigo». El obispo comenzó su homilía con una anécdota del cura de Ars, san Juan María Vianney, «quien estando predicando un sermón sobre el cielo, se quedó sin palabras. Tras unos momentos de silencio, pronunció esta frase: ‘¡Lo veremos!’». Y a continuación, el prelado habló de la esperanza cristiana y de ese final de gloria de nuestras vidas con Cristo resucitado. Hinojosa del Duque siente la muerte de Vicente Molero, pastor amigo de su pueblo tantos años.

* Sacerdote y periodista