Rusia despenalizará el maltrato a mujeres y niños si se produce solo una vez al año. Dicen que es absurdo que alguien vaya a la cárcel solo por dar una bofetada, porque se le vaya la mano. Según explicaba este diario el domingo, en el país de Putin mueren 14.000 mujeres asesinadas al año pero la nueva legislación contra violencia machista se ocupa de proteger y salvaguardar los derechos de los maltratadores, no de sus víctimas. No sabemos si a las mujeres rusas les dejarán elegir cuándo y cómo quieren recibir de sus compañeros la tanda de golpes que ahora la ley les permitirá, pero podemos imaginar la terrorífica situación de saber que su gobierno permita, legalice y estipule como legítima esta práctica, siempre y cuando no sea de forma excesiva.

También hay aleyas del Corán que hablan de la violencia controlada contra las mujeres y quizá por eso las marroquís aprenden a maquillarse para disimular los cardenales. Podemos ponernos en la piel de las rusas y pensar en la claustrofóbica angustia que es saber que las autoridades pertinentes no te salvarán de las garras de tu lobo particular. Aquí lo podemos entender muy bien porque hasta hace poco, si una mujer iba a poner una denuncia se podía encontrar que le soltaran la frase «algo habrás hecho» instándola a volver a casa. Por suerte, en esto, las cosas han cambiado, aunque la prevención sigue siendo insuficiente visto el número de asesinadas que llevamos este año.

El titular sobre el cambio de ley en Rusia nos choca a todos, hombres y mujeres, cercanos o no a esta realidad, pero ¿cuántas veces no ha pasado que ante un hombre que da una bofetada a su compañera no hemos dicho que ha sido un arrebato? ¿Cuántas veces no hemos visto cómo se quitaba importancia a los primeros golpes, a la primera paliza? Esta, por desgracia, es una de las reacciones habituales en el entorno del verdugo, pero también de la víctima, hacer como que no pasa nada, quitarle hierro. Y se le pide a ella paciencia, comprensión, sobre todo que no lo cuente y menos aún que lo denuncie. Y eso aquí, no en Rusia.

* Escritora