La eliminación de los sobrecostes en el uso de la telefonía móvil durante los periodos de itinerancia ha sido una de las decisiones más populares que ha tomado hasta ahora la Comisión Europea. Tras el primer mes de vigencia, se confirma lo absurdo de la anterior regulación y el acierto de la medida: durante julio, el uso de teléfonos móviles por parte de no residentes ha aumentado entorno al 300% en España, según las primeras estimaciones de las operadoras. Este incremento en el uso de los móviles, especialmente del tráfico de datos, está también en la base de una consecuencia inesperada de la medida adoptada por la UE: el abaratamiento del roaming hace más difícil desconectar durante las vacaciones. El fenómeno nos pone cara a cara con el fondo del problema: lo más efectivo frente a cualquier nueva tecnología o tendencia es el autocontrol de los propios usuarios.