El idioma español es tan rico que tenemos palabras para definir extraordinariamente claro todo aquello que queremos expresar, solo hace falta conocimiento de vocabulario y expresión, para ello contamos con la disciplina Gramática y Lengua, llamémosle así genéricamente ya que ha pasado por varias denominaciones, que de forma concienzuda nos lo enseña estupendamente.

Los políticos actuales parece ser que desconocen tal asignatura, unos por exceso de palabras incoherentes, pueden pasarse dos horas hablando y no decir ni un solo concepto claro, otros por decir una cosa y la contraria dentro del mismo discurso, los de mas allá utilizan parábolas, no como lo hacía Jesucristo para hacerse entender sino para lo totalmente opuesto, y los de mas acá con pleonasmos y equívocos quieren hacer colorear lo blanco en negro.

Los representantes de partidos políticos que se han radicalizado en el sentir separatista de su región al resto de España, no hacen más que marear la perdiz para ver si de alguna manera tiene cabida en el resto de los ciudadanos su ególatra idea, porque aun comprendiendo que es un desatino lo que propugnan, es tal el grado de soberbia y vanagloria que ostentan que no pueden permitir el no conseguir sus propuestas para llevarlas a cabo.

El término «Nación» tiene dos acepciones: la política y la cultural. La primera en el ámbito jurídico-político es un sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado. La segunda es un concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, pudiéndose definir también como una comunidad de características culturales comunes dotada de un sentido ético-político. El Estado es la forma de organización política dotada de poder soberano e independiente que integra la población de un territorio, reconocido como tal en el orden internacional.

La abeja reina se deja querer y los zánganos que pululan a su alrededor dependiendo de su habilidad se mantienen voto arriba voto abajo o mueren, mientras que las obreras trabajan y trabajan hasta la extenuación sin visos de solucionar los problemas que les acucian. Nuestros políticos son una mezcla entre abejas y trompos (juego tradicional al que se hace bailar enrollando una cuerda a un trompo o peonza) porque bailan al son que mejor les va personalmente. Pavos reales que se pavonean si escrúpulos a costa de un sufrido pueblo.

Si hablaran sinceramente, sin engaños ni medias verdades, diciendo los pros y los contras, pensando en el bien de todos no en los votos ni en el suyo propio ni de su partido, se evitarían muchos problemas y conflictos como el catalán, por citar un ejemplo.

No se puede desmembrar un Estado porque al iluminado de turno se le antoje, ni empeñarse en desbancar al que gobierna para ocupar el sillón la oposición solo con la pírrica explicación de que todo lo hace mal.

El idioma español es riquísimo para poder expresar abiertamente, sin tapujos ni falsedades, todo lo que se desee, lo que hace falta es querer hacerlo.

* DUE