Señor director: He estado releyendo una entrevista a Gabriel Ruiz Cabrero, que le hicieron en enero de 2010 con motivo de la concesión en diciembre de 2009 del Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad, a él y a Gabriel Rebollo Puig como arquitectos restauradores de la Mezquita durante treinta años. Al término de la misma, Ruiz Cabrero afirma que no se ha cansado de contar piedras ni de hablar con ellas y que podría sacar la Mezquita piedra a piedra.

Y como en los antiguos tebeos se me encendió una bombilla: ¡Idea! ¿Por qué no sacamos la Mezquita piedra a piedra y la trasladamos a, por ejemplo, Miraflores? Ya se ha hecho con otros monumentos, aunque menos importantes, en Córdoba y fuera de Córdoba.

Con motivo de la creación de la Presa de Asuan en Egipto iban a quedar sepultados en sus aguas gran cantidad de monumentos. Para evitarlo se trasladaron piedra a piedra a la orilla del Lago Nasser o a países que ayudaron en las obras. España recibió el Templo de Davod, que se montó y conserva en Madrid.

Si se hiciera, el resultado sería imponderable. La actividad cristiana se centraría y cabría una mayor integración de fieles, cofradías, actos solemnes. Las distintas opiniones sobre la titularidad desaparecerían. La actividad turística se duplicaría.

Estoy seguro que esta solución la apoyaría todo el mundo, la iglesia católica, la Unesco, la Unión Europea, los países árabes, el Gobierno español, la Junta de Andalucía y Córdoba. Toda Córdoba, su Ayuntamiento, su Universidad, sus instituciones, sus cofradías, sus peñas, su gente, si se hace una oferta seria y un proyecto técnico fiable, todos estarían de acuerdo en trasladar la Mezquita piedra a piedra a, por ejemplo, Miraflores.

Julio Alcántara Alcántara

Córdoba