El plan duro para salir de la UE que defiende la primera ministra británica ha recibido un nuevo varapalo. Esta vez el empresariado y el sector bancario le han exigido un pacto transitorio urgente sobre el ‘brexit’ para evitar que la City sufra una hemorragia de puestos de trabajo. Londres empieza a aflojar y ofrece alargar los plazos de la libre circulación de trabajadores.