Ha saltado la noticia de que Rajoy ha sido llamado a declarar como testigo en el juicio de la Gürtel, a instancia insistente de la acusación popular de la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (Adade). La verdad es que resulta llamativo que un presidente del Gobierno declare en un juicio, pero hay que poner las cosas en su sitio. Lo hace en calidad de testigo y no como imputado o encausado como algunos dirigentes de la izquierda quieren hacer ver en sus declaraciones. La proposición de prueba como testigo a un presidente del Gobierno está prevista legalmente, así como su oposición por el resto de partes como pueden ser en este caso Fiscalía y Abogacía del Estado, siendo el tribunal competente quien resuelva sobre la admisión o inadmisión de la prueba testifical; con lo cual, procesalmente, que es lo que debe interesar, se está actuando correctamente y con independencia judicial.

Ya otro presidente de Gobierno como Felipe González declaró en el asunto Filesa, aunque lo hizo cuando abandonó el cargo presidencial. E igualmente, otros presidentes de gobiernos autonómicos, como en Andalucía, primero abandonaron sus cargos y luego declararon en sede judicial pero en calidad de imputados, que no de testigos.

Rajoy declarará como testigo a petición de una acusación popular (Adade), que dicen puede tener vinculación con el partido socialista, y de ser así, ya se estaría politizando un proceso judicial que, como todos, debe ser totalmente aséptico a tintes políticos. En este asunto judicial me llaman la atención tres cosas: 1) que precisamente se juzgue estando el PP gobernando, con lo que la independencia del poder judicial es menos cuestionable. 2) que la acusación popular tenga interés en la declaración de Rajoy, actual presidente del Gobierno, porque así se puede dañar su imagen, y no pida la testifical de Aznar, el presidente del Gobierno en la época en que se desarrolla toda la trama Gürtel. Y 3) que se persone una acusación popular arrogándose una defensa de los intereses de la democracia y la ciudadanía vaga y con más interés personal que general, en vez de personarse una acusación particular de los verdaderamente afectados y perjudicados por la corrupción que se juzga. Quizás esta acusación popular acabe con la de Manos Limpias en el asunto Noos con la Infanta, que se quiere llamar más la atención sobre el personaje que sobre los hechos. Y eso que Rajoy no declara como imputado sino como testigo, aunque se le trate ya como encausado. Habrá que esperar a su declaración y a la resolución definitiva del juicio para hacer una correcta valoración, hasta entonces se discutirá si la declaración podrá hacerla por escrito o presencialmente, porque ambas se contemplan en la ley, pero claro, más noticiable es la foto de entrada y salida a la sede judicial. Polémica servida.

* Abogada