La barbarie se ha consumado. El desatino se ha impuesto al sentido común. El autoritarismo ha vencido a la razón. Todo ello ha podido con el magnífico ejemplar de eucalipto que durante más de 80 años ha adornado los jardines del Alcázar y era un verdadero regalo para la vista por su magnífico porte.

De nada han servido los escritos publicados en la prensa local llamando a la cordura a los responsables de este ataque ni los informes del Departamento de Ingeniería Forestal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba, entregados en mano a la delegada de Infraestructuras, en los que se concluye que se trata de un ejemplar sano, que no presenta signos de estar afectado por plagas o enfermedades que comprometan su normal desarrollo e integridad, y que es importante mantener los cuidados preceptivos para este tipo de árboles singulares de gran porte, dado su valor medio ambiental, estético y social.

Por ello, se considera que cualquier actuación que pudiera implicar la eliminación del árbol debería estar técnicamente justificada y debidamente acordada por los diferentes sectores sociales implicados.

Además la señora delegada hizo caso omiso al documento fechado el 5 de junio del 2008 en el que en su apartado 2 se recogen entre otros acuerdos la creación de una comisión de asesoramiento paritaria entre participación ciudadana y política que, en el seno de la Comisión permanente de Infraestructuras y Medio Ambiente, estudie toda actuación municipal que pueda acarrear una tala o sustitución de relevantes especies arbóreas en nuestra ciudad, así como analizar qué especies son las más adecuadas según las características de las nuevas zonas verdes que vayan siendo creadas.

Pues todo se ha ignorado olímpicamente ya que desde el primer momento se tenía decidida la tala de este árbol.

Adjunto foto en la que se aprecia perfectamente la distancia entre el árbol y la torre contigua, por lo que resulta muy dudoso que sus raíces pudieran afectar a la construcción.

¿Por qué se ha atentado de insidiosa manera contra algo que era patrimonio de Córdoba y por tanto, de los cordobeses?

¡Qué pena! ¿Por qué no se ha atendido mediante un seguimiento técnico este árbol para que pudiera seguir existiendo sin peligro para nada ni para nadie? Y todo esto sin contar los 14.000 euros (al menos) que ha costado la operación de derribarlo y que saldrán de las arcas municipales, operación que para más inri ha sido encargada a una empresa foránea.

Este cúmulo de despropósitos nos hace dudar de la cualificación e idoneidad de los responsables que deciden por nosotros.

Manuel Huertos Rodríguez

Miembro de AVV "Nueva Ciudad Jardín"

Córdoba