El próximo martes, 31 de enero, la gran familia salesiana celebra la fiesta de su fundador, san Juan Bosco, un soñador. Su vida fue un «gran sueño», en favor de los jóvenes. Desde pequeño se sintió llamado por Dios a realizar un gran ideal: ayudar a los muchachos pobres y necesitados a ser «buenos cristianos y honrados ciudadanos». Prometió que todos los minutos de su vida serían para sus jóvenes. Y así lo hizo, incluso durante la noche. Cuando intentaba conciliar el sueño, agotado por jornadas interminables, su mente pensaba en sus chicos. Medio dormido o medio despierto, soñaba proyectos que narraba de forma viva a los muchachos y salesianos del oratorio. No sólo les ofreció una casa llena de afecto, clases y talleres, contratos de trabajo dignos y una educación en la fe que les acercaba al corazón de Dios, sino que compartió con ellos su gran sueño: formar un futuro de dignidad para sus vidas. He aquí tres hermosas pinceladas de su vida. Primera: Don Bosco se dejó contagiar por la ilusión que late en cada joven. Nunca tuvo miedo a soñar. Concretó su vocación con grandes dosis de esperanza y de alegría. Segunda: la fe en Dios y la confianza en María Auxiliadora fueron los cimientos sobre los que asentó su gran sueño. Se convirtió en «profeta de los jóvenes». Soñó por ellos y con ellos. Tercera: centra su labor educativa en la bondad y en la firmeza, en la alegría, en la cercanía personal, en la confianza entre los jóvenes y los educadores, en la sinceridad, en el dinamismo; y desarrolla su eficacia pedagógica en su vida de piedad y de amor a la eucaristía. Cultiva la pedagogía preventiva, la que pretende prevenir los males, preservar a la juventud con una inteligente comprensión de la libertad de la persona, jamás lesiva, pero sin renunciar a los valores. «Que los jóvenes se den cuenta de que son amados», decía con frecuencia. Y tambien este hermoso pensamiento: «Es una locura buscar la felicidad fuera de Dios». El espíritu de Don Bosco se derrama hoy por todo el mundo, en las comunidades salesianas, presentes en 132 países. En España, la misión evangelizadora y educativa del santo de la juventud continúa presente hoy gracias a la labor de más de 600 obras salesianas al servicio de los jóvenes, y en especial, de los más necesitados. En nuestro país hay 985 salesianos y 692 salesianas. Ambas congregaciones dirigen y animan 136 colegios, con aproximadamente 5.000 profesores y 87.400 alumnos. A estos hay que sumar los 64 centros de Formación Profesional, en los que estudian unos 18.000 alumnos atendidos por más de 1.100 docentes. En cuanto a la atención a jóvenes en riesgo de exclusión social, salesianos y salesianas tienen en marcha actualmente 290 proyectos sociales: casas de acogida, pisos de emancipación, proyectos educativos con itinerarios propios, programas de inserción laboral, etc. A estas obras hay que añadir 99 parroquias, 8 internados, 8 escuelas de tiempo libre, las editoriales CCS y Edebé, y 5 ONGD. ¡Sueños convertidos en hermosas realidades!

*Sacerdote y periodista