Todo apunta a que los barrios de Goya, V Centenario y La Soledad (Las Eras) se quedarán sin iglesia. Definitavamente, la proyectada parroquia de Santa Clara, cuya primera piedra colocó el obispo Asenjo, no será recinto religioso sino espacio cultural, posiblemente la nueva biblioteca de Palma del Río. Desde 2006 se venía trabajando en este nuevo templo, cuyas extructuras estaban terminadas, incluso, se alza una blanca y moderna espadaña rematada con la cruz. Transcurrido el tiempo, la diócesis que preside el obispo Demetrio decide alcanzar un acuerdo económico con el Ayuntamiento palmeño, que permite a éste, la adquisición del convento de Santa Clara.

Hasta ahí, los hechos. La futura biblioteca se reubica en un nuevo solar, junto al Espacio Joven y frente al parque Valparaiso, o lo que es lo mismo, junto a un cine y un jardín, por tanto, en ninguno de los lugares propuestos, inicialmente, por la comisión, los grupos políticos o EMPA, los empresarios. De entrada, todos los grupos políticos han acogido favorablemente la resolución del contrato y el destino de la casa de Dios por la casa de los Libros.

Suponemos, que la vida sacramental sigue circunscrita a la parroquia de la Asunción, funcionando desde el siglo XIII, y la parroquia de San Francisco de Asís creada en la década de los cincuenta del siglo pasado. Ya sabemos, Dios escribe recto con renglones torcidos, o el hombre propone y Dios dispone.

Claro, que este movimiento de dominó arrastra otros compromisos y proyectos, pues las obras de la famosa calle Feria, que empiezan en breve, conllevan un proyecto de centro comercial de artesanía, diseño y moda que responda a un apoyo efectivo al próximo museo de Santa Clara y espacio Vitorio y Lucchino, así como, reflotar la vida comercial y social del centro histórico de Palma.

* Historiador y periodista