Tres detalles de esta semana hacen pensar que Córdoba tiene el pulso algo débil. El primero, la delirante situación que denuncian las empresas de mudanzas, metidas en un laberinto administrativo al pedir los permisos del Ayuntamiento para ocupar durante unas horas la vía pública. Son trámites que a veces deben hacer con escasa antelación y que tropiezan con dificultades de horarios y atención, acentuadas ahora, en verano, por la reordenación de horarios que imponen las vacaciones del personal. Sin entrar en semejante lío, el regusto que deja esta noticia es negativo, más allá de la anécdota concreta, pues habla de eficiencia y organización --más bien de su ausencia--, y nos lleva a preguntarnos cómo va el Ayuntamiento a poner en marcha la ordenanza que permitirá agilizar la concesión de licencias si tropieza en asuntos que han funcionado sin problemas toda la vida.

La segunda es relativa al Palacio de Congresos. Tiene la parte buena de la diligencia del delegado de la Junta de Andalucía Manuel Carmona, y de su departamento, pues, tras años de retrasos en las obras, cumple su compromiso de sacar rápido a concurso la gestión del inmueble. Pero escama que se haya cerrado el plazo de presentación de aspirantes y solo haya concurrido una empresa. Ni mejor ni peor, solo una. No es que esto sean las lentejas, que las tomas o las dejas, pues si la oferta no es buena se echará para atrás y se convocará de nuevo el concurso. En este caso asombra el desinterés. ¿Solo una empresa ve atractiva la gestión de un preciosísimo edificio histórico frente a la Mezquita, recién restaurado y que podrá explotar para celebrar congresos y eventos? No parecen leoninas las condiciones que estipula la Junta para la concesión. Incluso el canon anual, de 113.000 euros (vamos, no llega a 10.000 al mes), se reducirá a 45.000 euros los tres primeros años. ¿Qué misterio habrá, que diría Raphael, para esta indiferencia empresarial?

Finalmente, mientras aquí en Córdoba la alcaldesa, Isabel Ambrosio, arranca como puede a Susana Díaz y a su consejero Felipe López compromisos para los objetivos logísticos, en Antequera van a recibir un pedazo de inversión de Virgin para el prototipo ‘Hyperloop’ que, aunque exija subvenciones de escalofrío, es otro empujón industrial a la ciudad malagueña y a su ‘megahub’ logístico, que cuenta además con una importante inversión privada. Sí, privada. Sin envidias, sin acritud, se ven en lontananza las grandes dificultades que arrostrará Córdoba para rentabilizar su posición estratégica geográfica. Pero si hemos estado veinte años dando vueltas a una iniciativa sin hacerla y sin conseguir respaldo de las administraciones, no vamos ahora a protestar si otro coche nos adelanta.