A partir de ahora, esto es, después de los resultados de las reciente elecciones vascas y gallegas, Pedro Sánchez ya no es responsable de sus paseos torpes, toscos y amenazantes por el escenario político. El PSOE lo creó y le dio vida. Lo puso de secretario general y le dio toda la energía de partido que necesitaba para cobrar vida política. Ahora, ya ha demostrado que no es la criatura política que se esperaba. ‘Sancheztein’ está destruyendo a su creador. Al padre que lo creó y que le dio esa vida política a la que él se aferra como su única posibilidad de ser y de estar. Parece que cuando una mente sólo piensa en sobrevivir, aquella frase de Hamlet, ser o no ser, es lo único que importa. Aunque a los españoles nos importan más cosas, por ejemplo, el desbloqueo político y al PSOE su propia supervivencia a la que le ha llevado su criatura, ahora absolutamente descontrolada. Toca a esos que llaman barones y baronas, y a quien pueda en nombre del partido y de la patria misma, como mínimo devolver al laboratorio político dónde se creó a la criatura y quitarla de la circulación. Con razón Rubalcaba denomino gobierno Frankestein a lo que Pedro Sánchez pretendía hacer en su momento. Dios los cría, los partidos los crean y ellos se juntan. Ahora la responsabilidad ya no es de la criatura, ahora y a estas alturas es de quien la creo. Todos miramos fijamente al PSOE, o a su Comité Ejecutivo o a quien de alguna manera pueda tener influencia humana o divina para que acabe de una vez por todas con este contradios. La historia de nuestra democracia a partir de este momento no escribirá el nombre de Pedro Sánchez como responsable de hundimiento socialista y del estancamiento político, ni del Record Guinness de unas terceras elecciones, sino a todos y cada uno de los que tiene responsabilidad sobre la vida y obra de la criatura, esto es, de ‘Sancheztein’.

* Mediador y coach