Farah Baker sigue viva. Ha cumplido 18 años. Sonríe desde su perfil de Twitter. Vive y su mirada valiente sigue mostrándonos la vida en Gaza. Conocimos su nombre durante la guerra del 2014. Las bombas caían, pero ella no dejó de tuitear. Sus mensajes fueron seguidos por miles de personas. Ella sobrevivió. No así los 551 niños palestinos asesinados en 50 días. Ni los más de 3.000 heridos. Un grupo de trabajo del Tribunal Penal Internacional viajará próximamente a Israel para decidir si abre una investigación por crímenes de guerra.

Mientras, el bloqueo persiste. También los abusos. Y la desesperanza. Las madres paren hijos con el temor de que mueran o los devore el odio. Su país es como una enorme cárcel y ellas sufren una doble opresión. Son palestinas y son mujeres. Solo les queda luchar. Resistir, como Baker. O aguantar sin volverse locas, defendiendo la vida cuando todo es devastación.

El pasado miércoles partió del puerto una nueva expedición de la Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad. Las anteriores tres expediciones no lograron llegar a puerto. Una de ellas sufrió el ataque de la Armada israelí y 10 activistas murieron. No es un viaje de recreo. No es una excursión escolar. Este año, la forman solo mujeres que expresan su solidaridad con las mujeres palestinas. La iniciativa ha suscitado más de una burla. Esperanza. Lucha. Denuncia. Supervivencia... Ya se sabe, cosas de mujeres. H

*Periodista y escritora