Completar el trazado de la ronda Norte de Córdoba parece misión imposible, a tenor de las explicaciones ofrecidas a este periódico por la Junta de Andalucía, que califica de "inviable" el proyecto. El razonamiento es sencillo: son 3,8 kilómetros de trazado que, con el proyecto de año 2010, costarían 220 millones de euros, una cantidad desproporcionada, y más en los tiempos actuales. Si se tiene en cuenta que el otro tramo, el de Mirabueno, del que se hará cargo el Ayuntamiento ejecutando el aval de una obra inacabada, mide 2,4 kilómetros y su ejecución está presupuestada en 10 millones, se comprende la posición expresada por la Consejería de Fomento, que, no obstante, afirma que no renuncia a construir los cuatro kilómetros si la situación lo permite en el futuro.

Llegados a este punto, da la sensación de que la ronda Norte acabará, como otros proyectos que se van posponiendo y que se consideran casi imposibles, guardada en el cajón de las iniciativas fallidas. Pero no debe ser así. Córdoba necesita cerrar su red de circunvalación para facilitar el tráfico en la zona norte. Quizá sea necesario pensar en un nuevo trazado que reduzca los costes --el 52% del tramo entre la glorieta de Turruñuelos y Fuente de la Salud iba soterrado-- y permita ejecutar las obras. La ciudad puede entender la situación, y está más que curtida en este tipo de aplazamientos, pero no puede renunciar ni dejar pasar el cumplimiento de un compromiso público que responde a una necesidad real. Hay que dar pasos para solventar el problema.