Decía el singular Giulio Andreotti que la malicia de las buenas personas es peligrosísima, y que hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido. Gobernar, seguía, no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan. Así pues, el personal, el ciudadano, el elector, el votante, jamás debe ocuparse de aquello que le preocupa y le concierne. Y en resumen la vida pública y sus coordenadas acaban presentándose disgregadas de la cotidiana realidad. A fin de cuentas la sociedad termina acostumbrándose a la resignación y a ser manipulada por los que mandan y firman los ucases de los boletines del Estado.

Por eso rige en el comportamiento político la miseria moral, con diferente graduación según el individuo o el grupo que le encuadre, según de quien se trate, desde la villanía, vileza y la fría inhumanidad de algunos, hasta el fariseísmo y jeremiada de otros que lloran lágrimas de cocodrilo sabiéndose y sintiéndose impunes. Y ante todo ello la reacción ordinaria del común de los mortales solo es de asco y de vergüenza.

Pero cuando el navío que el jefe marea hace agua hay que aligerar lastre. La tripulación cómplice del matalotaje anda inquieta. Momento inicial del abandono, sufrimiento, pasión y muerte de la Sra. Barberá que se ha convertido en una carga. Los tiburones conocidos del comodoro que la merodeaban hacía tiempo que la habían hecho blanco de sus dentelladas. Y para ocultar y negar lo que presuntamente mal han efectuado han permitido que la que ha pecado de torpe o de oportuno descuido sea sacrificada a satisfacción de conmilitones y de otros no tan extraños escualos. Sin embargo, los verdaderos causantes del infortunio son los que no la socorrieron, quienes indignamente y sin valor se apartaron de su lado privándole de cualquier respetabilidad. Para salvar sus sinecuras y posaderas la dejaron a los pies de los caballos. Que no vengan ahora con lloriqueos los que inmolan proscritas piezas ilustres para no sanear la sentina de la embarcación.

* Doctor ingeniero agrónomo

Licenciado en Derecho