Recientemente leí en este periódico que el Gobierno subirá este año el 0,25% sobre las pensiones, porcentaje más que ridícula en relación a cómo está el nivel de vida actual. Son muchas la voces que han expresado alternativas sobre la viabilidad de este sistema de pensiones en España y plantean la necesidad de acometer cuanto antes algunas reformas que garanticen su futuro. Muchos expertos dicen que una forma de mantener ese nivel de vida sería mediante la aportación de planes de pensiones privadas. Con una sociedad cada vez más envejecida, con una baja de natalidad y más larga esperanza de vida, se da por hecho que no habrá suficiente dinero para pagar el 100% de las pensiones. Obviamente, este último planteamiento de hacer aportaciones en seguros privados es injusto porque la mayoría de los jubilados pensionistas no poseemos esa capacidad económica para poder hacer frente a esa aportación. Lo que no tiene sentido, y es una grave sinrazón, que habiendo trabajado durante toda la vida y cotizado puntualmente todos los impuestos habidos y por haber, seamos los menos favorecidos socialmente; con perdón, pero el colectivo de jubilados pensionistas somos el culo de la sociedad. El pan, el aceite, la gasolina, las ropas, los servicios públicos (por ejemplo) a todos nos cuesta por igual, ¿pero todos cobramos por igual a final de mes? Pues digo yo que una fórmula airosa para poder salir adelante podría ser despidiendo a todos los políticos sobrantes (que son muchos) sin pagas vitalicias y bajando el sueldo al resto de ellos, así aumentaría la hucha de las pensiones.