El 24--M es la fecha en la que se ha producido un cambio político en el municipio de Córdoba. Tres formaciones, PSOE, IU y Ganemos Córdoba, acordaron el apoyo a la Alcaldía de Isabel Ambrosio (PSOE), aunque solo tendrán concejalías los dos primeros por la voluntad asamblearia de no participar en el gobierno municipal de la agrupación de electores.

Este cambio político se traduce en un cambio de conciencia social a muchos niveles. Del que yo voy a hablar es del cambio que afecta al trato que dispensamos a los animales no humanos.

Tradición y cultura de siglos pasados frente a la Nueva Etica del siglo XXI y más allá. Una "revolución de la conciencia" como ha dicho el exdiputado de Chunta aragonesista, Chesús Yuste, coordinador de la APDDA (Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos Animales): "La protección de los animales y la prevención de la violencia se han convertido en objeto del debate político".

Esta revolución nos viene de la prohibición en el 2012 de las corridas de toros en Cataluña y del Comité de Derechos del niño de Naciones Unidas que en 2014 confirmó que la violencia de la tauromaquia vulnera la convención de los derechos del niño de 1989, instando a países como Portugal, Colombia y México y, próximamente, a otros países incluida España, a alejar a los menores en lo que consideran como "la violencia de la tauromaquia".

Vivimos en una ciudad, en una provincia, una comunidad autónoma y un Estado en la que se celebran fiestas patronales multitud de espectáculos con animales, la mayoría se hacen con toros. Aunque ya no se producen muertes en las plazas gracias a las medidas obligatorias de tener un quirófano y cirujanos en ellas, si hemos visto la muerte hasta el momento de 13 personas en los denominados espectáculos populares taurinos. Esto se debe también a la disminución de las corridas de toros y el aumento de los festejos populares; todos subvencionados con dinero público. Los alcaldes y concejales de los municipios donde se celebran dicen asumir esas muertes porque forman parte de la fiesta y tradición, lo que no deja de ser indecente, absurdo y vulnera el derecho a la integridad física de las personas.

La Tauromaquia está en franca decadencia y todos los argumentos han sido desmontados por los informes realizados por AVATMA (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal). El último sobre el empleo fantasma que genera. https://sites.google.com/site/veterinariosavatma/home.

Solo esperamos que los gobernantes de Córdoba se sumen a ciudades como A Coruña, Zaragoza, Madrid, Valencia, Cádiz o Valladolid a lo recomendado por la ONU sobre los Derechos del Niño y eliminar las subvenciones y el apoyo público a la Tauromaquia.

* Miembro de EQUO, veterinario y etólogo y miembro de AVATMA