Estamos acostumbrados a transitar por aceras llenas de excrementos de perros. Deberíamos llevar un detector para evitarlos. Como lo vemos tan normal, ya no nos llama la atención y hasta deja de molestarnos. Aunque habrá quien pase de todo esto, me gustaría sensibilizar a algunas personas, para que respeten la convivencia. La calle no es un estercolero, debería ser como nuestra casa. La salud pública la tenemos que cuidar, porque seremos los primeros favorecidos. En la comunidad valenciana utilizan señales de prohibición, por si el Ayuntamiento quiere tomar nota. Por favor seamos responsables de nuestros animales. Siento si a alguien duelen mis comentarios, pero tenemos que cambiar nuestros comportamientos.