No es difícil encontrar en un buen atlas la situación de Brácana, una pedanía granadina con 460 habitantes, la menos poblada de las 5 que forman parte del municipio de Illora, en la comarca de los Montes Occidentales característicos del Poniente granadino.

Lo que sí es difícil --tal vez imposible-- de encontrar es la República de Brácana, una asociación cultural vinícola y oleícola volcada en la promoción del aceite de oliva y el vino de Montilla. Una extraña sociedad desconocida para muchos montillanos cuyos vínculos con la localidad granadina son tan desconocidos como la propia existencia de este colectivo con apariencias de conciliábulo y cuyo funcionamiento tiene lugar en una sede aneja a una bodega de Montilla, como no podía ser de otra manera.

Cada jueves, los socios de la República "Bracanera" se reúnen invariablemente para compartir una copa de vino y hacer honor al aceite de oliva y a otros productos gastronómicos como el vino dulce Pedro Ximénez.

La asociación mezcla actividades lúdicas con iniciativas tendentes a la promoción y consumo de vinos y aceites, convencidos de que ambos productos pueden contribuir unidos a la mejora de la comercialización de uno y otro, aprovechando experiencia de siglos en la elaboración, crianza y comercialización de los caldos montillanos. Vinos y aceites que constituyen una fortaleza inexpugnable en estos tiempos de crisis económica.

Por lo pronto, los nuevos socios que se incorporan a este colectivo han de comprometerse a defender el objetivo general hundiendo la mano en aceite mientras apura una copa y recita los preceptos y obligaciones subsidiarias. A cambio, recibe un "salvoconducto" que le autoriza a permanecer en la república bracanera en igualdad de derechos que sus ciudadanos. Para ellos, el vino y el aceite --¿por qué no?-- deben viajar unidos de la mano y en el mismo vagón por los mercados nacionales e internacionales.

* Maestro