Nuevo año, y vieja política, caduca, irresponsable, insolidaria, que eterniza los problemas, y solo son un cúmulo de sufrimientos para quienes la padecen. Son expulsados de sus países por la guerra, e inician un tránsito de penurias, buscando acogimiento, pero lo que se encuentran es muerte, hostilidad y abandono: la respuesta europea a la crisis no supone ni el 0,5% de las llegadas de 2015 y 2016, con más de 5.000 muertes en el Mediterráneo, se ha convertido en el año más mortífero desde que se tienen datos. La ola de frío y nieve está agravando sus carencias y ampliado sus padecimientos. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, que entró en vigor en 1954, continúa sin cumplirse.

El número de personas acogidas en España desde el inicio del proceso de reubicación se eleva a 898, lejos de las más de 17.000 a las que el Gobierno se comprometió a acoger el año pasado.

Los Yayos/as, hemos empezado este año mostrando en la salida del lunes 9 nuestra denuncia de tal situación, ante la parálisis de los gobernantes y la ciudadanía. Y nos unimos al voluntariado de Cruz Roja en su denuncia por la política de despidos de la entidad, que perjudican gravemente a las personas refugiadas a las que se las hace revivir el dolor una y otra vez por la pérdida de los vínculos con las personas que las atendían.

<b>José Moñino Esquiva, miembro del Colectivo Yay@flautas</b>

Córdoba