Turquía celebra el próximo domingo unas elecciones cruciales, que son vistas como la última oportunidad para derrocar al presidente, Erdogan, quien las encara como la entrada definitiva al sistema presidencialista. Erdogan pide a los turcos un poder absoluto, pero su figura ha polarizado a la sociedad tras usar las prerrogativas del estado de emergencia para encarcelar a activistas y silenciar a la prensa.