Las rebajas de verano ya no son la bicoca de negocio que suponían para el comercio de cercanía años atrás. Ayer, Comercio Córdoba criticó el efecto que ha supuesto para el volumen de ventas de este año la liberalización impuesta por el Gobierno central, que beneficia a las grandes superficies. Tanto es así que el pequeño y mediano comercio cordobés a día de hoy hasta casi se da con un canto en los dientes porque, al menos, las ventas esta temporada se han estancado y no se ha producido una caída mayúscula. En una sociedad en acelerada transformación y cada vez más globalizada, el comercio ha sido, precisamente, uno de los sectores en los que más impacto han tenido las nuevas tecnologías y en el que más influyen los continuos vaivenes de hábitos y costumbres. Por ello, los comerciantes son los primeros que tienen que adaptarse a los nuevos tiempos, como asume el propio Comercio Córdoba. Un ejemplo de los beneficios que conlleva la invención de nuevas fórmulas para captar clientes son convocatorias que invitan al consumo como la shopping night. No obstante, también es muy cierto que con la acentuación de la competencia comercial que plantean las nuevas tecnologías acarrea un peligro para la subsistencia de muchas tiendas de tamaño pequeño y medio. Las instituciones no pueden dejar a su suerte a un sector primordial en el tejido social de las ciudades y debe escuchar y reaccionar ante sus demandas.