Recuerdo aquella biblioteca pública de Londres en la que me inscribí por unos pocos peniques anuales. Podía llevar a casa toda clase de libros y luego devolverlos. Descubrí en 1964 un libro que me llamó la atención: Spain 1808-1939. Su autor se llamaba Raymond Carr. Enseguida me cautivó la objetividad y serenidad en su descripción de nuestra historia. Entonces empecé a reflexionar sobre muchos episodios, y en especial los más recientes, a cargo de historiadores españoles que no mostraban la imparcialidad de aquel hispanista inglés. La Fundación Banco Santander le concedió el Premio a las relaciones Hispano-Británicas. Se le entregó en la embajada de España ante la presencia de Hugh Thomas y Paul Preston. Se completaba la terna de hispanistas ingleses. Raymond Carr falleció a los 96 años de edad. Hugh Thomas a los 86, hace unos días. De Paul Preston, nacido en 1946, cabe recordar Las tres Españas del 36. Los tres hispanistas contribuyeron a rellenar con objetividad el vacío de la España de la Cruzada ausente de la realidad de la guerra fratricida. La Guerra Civil Española de Hugh Thomas, publicada en Inglaterra en 1961 y posteriormente en español por la editorial parisina Ruedo Ibérico, le valió ser tachado casi de comunista. Pero aquellos que lo consideraban «de los nuestros», al revisar el autor las sucesivas ediciones empezaron a dudar de su izquierdismo. Hugh Thomas era un conservador y fue asesor de la señora Thacher. Pero a la hora de escribir sobre la Guerra Civil no silenció lo ocurrido en ambos bandos; la realidad y no la verdad asimétrica tan actual.

* Periodista