Sin salir de Córdoba, y utilizando el reclamo de la Junta de Andalucía para el 8 de marzo, digo que «quiero ser como ellas». Quiero ser como Mari Carmen Ortiz, que, desde su frutería, afronta un duro trabajo con la mejor sonrisa mientras sus hijas no solo son las primeras universitarias de la familia, sino que por su brillantez han sido becadas y fichadas, y ya tenemos --fuera de Córdoba, claro-- a la primera científica de la saga. Quiero ser como Carmen León, pionera en la lucha asociativa contra la violencia hacia la mujer. Quiero ser como Rafi Belmonte, jefa de comunicación del Reina Sofía, que desconoce --para beneficio de la prensa-- lo que es la desconexión laboral. Quiero ser como la incansable escritora Isabel Agüera, siempre maestra en su doble acepción. Quiero ser como Amelia Sanchis, profesora de la UCO y activista en cuantas causas políticas y sociales lo merezcan. Quiero ser como Ana Garrido Varo, catedrática de la UCO y presidenta de una organización científica internacional cuyo nombre no soy capaz de reproducir, y que ha sido gran impulsora de los programas Erasmus. Quiero ser como María José Raya, periodista rigurosa y entregada y un ser humano excepcional. Quiero ser como Fuensanta García de la Torre, que durante treinta años modeló el Museo de Bellas Artes y, ya directora jubilada, sigue aportando sus conocimientos a la sociedad. Quiero ser como Josefa Aparicio, ama de casa que transmitió tesón, honestidad y valentía a sus ocho hijos y hasta tuvo tiempo de servir a su ciudad en los años setenta como concejala (sin cobrar un duro). Quiero ser como Mª Dolores Vallecillo, directora de Cáritas, entregada a la ayuda a los más desvalidos. Quiero ser como nuestras jóvenes medallas de Andalucía, la gimnasta olímpica Lourdes Mohedano y la cantante India Martínez. Quiero ser… Me faltan líneas, muchas líneas, para hablarles de muchas mujeres cordobesas. Con las citadas, y con las que se quedan en el tintero, la jornada del Día de la Mujer tuvo ayer para mí, además del sentido reivindicativo ante la injusta discriminación, un motivo de orgullo, celebración y honda alegría.