Reproduzco el título, adaptado del de El Periódico de Cataluña del día 1 de noviembre, que me ha inspirado este artículo. Digo adaptado porque yo no le puedo llamar «President».

Deje ya de decir «puigdementires» como le llaman sabiamente algunos sufridos catalanes. Además, a fuerza de repetirlas, usted y sus compinches las han asimilado como verdades. Apostar por la objetividad no está a su alcance.

Deje ya de montar «circos» mediáticos en Bruselas como le han acusado diputados europeos del grupo del Parlamento Europeo en el que están encuadrados los independentistas catalanes.

Deje ya de pensar que la internacionalización del independentismo catalán ha sido un acierto. Nadie le reconoce nada, salvo los extremistas y dictadores democráticos como Maduro. Incluso le ridiculizan ya en la prensa internacional, que empezó con los catalanes machacados por las fuerzas represoras hasta que ya se han dado cuenta del lo que realmente representa.

Deje ya de explotar la violencia del 1-O como cortina de humo para justificar lo impresentable: un referéndum ilegal sin «garantías». Supo explotar muy bien el grave error del Gobierno central de emplear la fuerza. ¿Que «garantías» jurídicas tenían los dos decretos de independencia que se aprobaron en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre? La manipulación de la democracia por Carme Forcadell pasará a ser un «estudio de casos» en las Facultades de Derecho.

Deje ya de insultar a los españoles, ahora con la inexistencia de «garantías» jurídicas de los Tribunales españoles. Bien es cierto que la fiscalía se ha pasado con el delito de rebelión. Que los tribunales sean justos, es mi deseo ferviente. Que no se cometa el error del 1-O.

Deje en paz a los catalanes de bien, que somos la mayoría. Usted solo es un «ex» de pesadillas y no de sueños.

Deje ya de avergonzar a nuestro pueblo, al que ha abandonado de manera infame. Otros conspiradores como vd. han mostrado una mayor dignidad.

Deje ya de fomentar el odio en Cataluña que se materializado recientemente en el grave insulto de Lluis Llac, poeta catalán, ahora diputado de Junts pel Sí, que llamó «carroñeros» a los catalanes no independentistas que se manifestaban masivamente contra la DUI. ¿Cómo un buen poeta ha pedido el «seny» de esta manera? Yo lo admiraba mucho.

Deje de utilizar los medios públicos de la Generalitat como todas las dictaduras, dificultado la labor de los medios no afines, calificados de «franquistas» por sus secuaces.

Deje ya de ser cobarde y afronte su plena responsabilidad en la rotura de la legalidad en Cataluña.

Deje de ser un irresponsable en manos de antisistemas y de los que pretender imponer una dictadura independentista en nuestra tierra.

Su momento esporádico de cordura (convocatoria de elecciones) fue abortado por Oriol y compañía, según dijo Borrell en la última manifestación «unionista». Por cierto, esta denominación no me gusta nada.

Deje de empobrecer el pueblo catalán y de reducir las inversiones en Servicios Sociales, en Salud, Educación e Investigación y aumentar el paro. Deje de soñar en ser el nuevo Tarradellas en el exilio y pensar que volverá en olor de multitudes con el «ja soc aquí». No le llega usted ni a la suela de su zapato.

Deje en paz a España y Cataluña, los españoles y catalanes estamos hartos de usted.

* Profesor jubilado de la UCO