Basta! Ya está bien de engañar, de manipular, de ignorar que ley se aprueba para cumplirla, de propagar que la democracia es solo votar. Estamos hartos de los cínicos separatistas catalanes, que están llevando a mi tierra (eso creo yo todavía) a la ruina, al enfrentamiento entre ciudadanos y al desprestigio nacional e internacional.

La carta pública de los cuatro próceres de la separación de Cataluña de España que han remitido a Rajoy y Felipe VI proponiendo diálogo político a quince días del referéndum es la desfachatez más grande jamás contada. En realidad no está dirigida a las autoridades del Estado español sino al periódico Financial Times que la publicará. Está plagada de mentiras y de imprecisiones interesadas, obviando en todo momento que el cumplimiento de la ley es la base de una auténtica democracia.

Durante la Transición hubo un «sarampión democrático» donde se confundía la democracia con solo votar. La falta de experiencia del pueblo se notaba después de 40 años de dictadura. Presencié en reuniones oficiales que se votara el significado de una palabra sin tener en cuenta que estaba en el diccionario de la RAE: los votos refrendaban una nueva definición. Los independentistas quieren votar si saldrá el sol el día 2-O. Esta situación ya no es posible en un pueblo español ya maduro.

El hecho de poner las urnas y usarlas es ilegal y no garantiza nada. Los separatistas lo saben muy bien. Todos los partidos independentistas miran más allá del 1-O. Lo que realmente buscan desesperados en estos momentos es lo de siempre pero magnificado: quedar como mártires al estilo de agustinas de Aragón contra los invasores españoles que roban a la patria catalana, pero sin perder un euro del patrimonio propio. El sueño independentista es la imagen de los tanques bajar por la Diagonal, o la detención de Colau, Puigdemont y compañía, o la de un Tejero en el Parlament. Así ganarían un poco más de reconocimiento los «pobres catalanes perseguidos». Siempre hay alguien que muerde el anzuelo. Espero que la sensatez estatal no caiga en esta trampa que están urdiendo hace tiempo los independentistas. Las provocaciones de los últimos mitines riéndose del Estado de derecho (...ya viene la Guardia Civil) demuestran con claridad meridiana su actitud.

La coalición Junts per Si es un nido de grillos. A la antigua Convergencia (me niego a usar su actual y camuflante denominación) esta unión irracional le sirve para continuar en el Govern pese a la carga del 3%, una de las tramas de corrupción más relevantes de España. Si hubiese elecciones anticipadas, no podrían participar aisladamente porque quedarían con pocos diputados. Esquerra Republicana es coherente con sus principios, pero juntarse con Puigdemont y compañía dice poco de su honestidad. El diputado en Cortes Tardá dijo que los catalanes querían huir de España por la corrupción y… con quién se han juntado. Los de la CUP se aconchaban con la derecha para ir por definición en contra del sistema español. ¿Qué harán después del 1-O? ¿Ir contra el sistema catalán? Es una coalición patética, sin horizonte político, porque la independencia no es un cemento de unión sólido y fiable.

Despues del 1-O, el Estado debe afrontar el «problema catalán» de otra manera como refugiándose en las trincheras de los tribunales y otros errores de bulto (campaña contra la compra del cava catalán). La definición pública del inmovilismo de Rajoy es preocupante al igual que la plurinacionalidad de Sánchez. Los independentistas también deben abandonar el «referéndum sí o sí» y hacer de víctimas de un estado opresor.

Pero el daño que han hecho los independentistas es ya irreversible. Han dividido al pueblo catalán entre sí y con los demás españoles. Pasará al menos una generación para remediar el problema, si es que se logra. Solo la historia contada con la perspectiva de los años pondrá las cosas en su sitio y definirá con nitidez a los culpables de este golpe de Estado encubierto.

De forma simplista, ha sido el dinero de la corrupción del 3% del partido mayoritario en Cataluña durante décadas el motor que ha propiciado inicialmente esta situación. La pela es la pela, dicen los catalanes.

* Catedrático jubilado de la UCO